A medida que los acontecimientos deportivos se acercan más a lo digital —desde los sistemas de los estadios hasta los registros de puntuación— los expertos advierten que los sistemas pueden ser atacados cibernéticamente.
El Berkeley Center for Long-Term Cybersecurity publicó el martes una nueva investigación que indica que los hackers podrían intervenir en todo, desde la emisión de boletos hasta los sistemas de anuncios, en un esfuerzo por causar caos o ganar medallas en eventos deportivos masivos.
El estudio se enfocó en los Juegos Olímpicos durante los próximos 10 a 15 años. La investigación está respaldada parcialmente por el Comité Organizador de Los Ángeles para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos 2028.
La ciudad de California será sede de los Juegos Olímpicos de verano en poco más de una década.
Los esfuerzos actuales en materia de ciberseguridad aún se enfocan en áreas como la protección de sitios web o de cuentas de correo electrónico. Betsy Cooper, directora ejecutiva del Berkeley Center for Long-Term Cybersecurity y autora principal del documento, dijo que es necesario considerar una gama más amplia de amenazas.
“Lo peor que la mayoría de la gente piensa que puede pasar es: '¿Qué pasa si el sitio web se cae?'”, dijo. “Pero como hemos visto en las elecciones de 2016, hay que ser muy creativos al pensar en los tipos de implicaciones que alguien puede imponer sobre un gran evento deportivo”.
El reporte enumera ocho áreas clave de riesgo para la intromisión olímpica, incluyendo hackeos en las repeticiones de fotos o video, cuidado de atletas, transporte y acciones que induzcan al pánico. En un futuro no muy lejano, según el informe, el mundo podría ver un titular como este: “Nadador austríaco presuntamente contrató a hacker para obtener acceso al correo electrónico de sus competidores”.
Los Juegos Olímpicos aparentemente son una plataforma neutral, pero a menudo son politizados o manipulados. Durante la Guerra Fría, la atención se centró en gran parte en la competencia entre Estados Unidos y Rusia. En 1972, un grupo de terroristas palestinos secuestró y eventualmente mató a 11 miembros del equipo olímpico israelí en los Juegos Olímpicos de Múnich. En 2016, el exjefe del laboratorio antidopaje de Rusia expuso un programa estatal de drogas diseñado para que los atletas rusos ganaran en los Juegos Olímpicos de Sochi 2014.
El deporte ya es un foco para los hackers. El año pasado, hackers rusos filtraron datos médicos relacionados con 25 atletas olímpicos. Las organizaciones y sitios web afiliados a los Juegos Olímpicos de Río experimentaron ataques de denegación de servicio distribuido (DdoS, por sus siglas en inglés) en el verano de 2016. Los hackers también atacaron la Copa del Mundo 2014 en Brasil. El grupo de hackers Anonymous lanzó un ataque DdoS en el sitio web de la Fórmula 1 en 2012.
Las máquinas supervisan una gran cantidad de actividades deportivas y, en un deporte, la toma de decisiones computarizada es la norma. Un sistema llamado Hawk-Eye es utilizado en deportes importantes como el tenis y permite a los jugadores desafiar la decisión de si la pelota estaba dentro o fuera. La decisión de la tecnología digital anula al árbitro humano.
“Si alguien pudiera entrar en el sistema Hawk-Eye y manipular la forma en que toma decisiones, podría afectar el resultado del deporte”, dijo Cooper. “A medida que incluimos más tecnologías digitales en los deportes y las utilizamos para detectar salidas en falso y para medir la amplitud de un salto, también incorporamos nuevos vectores de riesgo posible”.
Cooper dice que los atacantes también podrían usar ataques cibernnéticos para causar daño físico. Por ejemplo, un hacker terrorista podría colocar mensajes en un marcador que hagan que la gente entre en pánico y salga corriendo del estadio.
Fuente: expansion.mx