El 24 de julio de 2020 se celebrará la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos. Con menos de tres años y de 1.000 días por delante, Tokio vive con ilusión su cuenta atrás. Las obras avanzan a buen ritmo, a la población le entusiasma la idea y centros de transporte, edificios, calles y tiendas se inundan de referencias simbólicas y merchandising. Serán los segundos Juegos para la capital japonesa, tras los de 1964.
Cuando en 2013 la candidatura batió a Madrid y Estambul, Tokio 2020 estimó que afrontaría una inversión cercana a los 7.000 millones de dólares. Una cantidad que se ha disparado hasta casi el doble. Los cálculos superan los 12.000 millones… y se prevé que puedan duplicarse, pese a las exigencias del Comité Olímpico Internacional (COI) y a que presupuestos como el del nuevo Estadio se han reducido para intentar rebajar los costes. La futura joya se ubicará en la denominada Zona de la Herencia, el área de influencia de los Juegos de 1964. Mucho más vanguardista, la Bahía de la ciudad agrupará el resto de instalaciones en construcción.
Tokio 2020 contará con 40 recintos: 16 con su levantamiento en marcha, ocho permanentes y ocho temporales, y los otros 24 en plena adecuación de los originales, que datan de 1964. "Tenemos un 65% del proyecto completado. No habrá problemas para cumplir los plazos. Pensamos que el Estadio estará terminado para principios de 2020", explica a As Koji Murofushi, el director deportivo del evento y oro en martillo en Atenas 2004. La Villa Olímpica acogerá en 44 hectáreas a 11.090 deportistas y 4.500 paralímpicos.
La eficacia japonesa pretende ofrecer soluciones para cualquier contratiempo. Se reforzarán las medidas de seguridad y, para evitar aglomeraciones, las empresas entrenan a los suyos para que trabajen en sus casas. A los 35 millones de habitantes se unirá casi otro millón diario de visitantes. También se incrementará la frecuencia de las líneas de metro y tren (con unas 800 estaciones en la actualidad) y se ampliará la abundante oferta hotelera. Y el programa incluirá cinco nuevos deportes (béisbol/sóftbol, surf, kárate, escalada y skateboard) respecto a Río 2016 para un total de 33.
Aunque prima la buena voluntad, Tokio no ha quedado exenta de polémicas. Desde el plagio del logotipo, hasta la negativa de las subsedes (seis prefecturas y cuatro localidades) a pagar por adaptar sus instalaciones. World Rugby presentó una queja formal porque no se usará el Estadio Olímpico para su Mundial de 2019, fecha inicial de entrega. Las aguas de la Bahía no cumplen de momento los estándares. Sin embargo, impera la confianza. “Ofreceremos una imagen de inclusión, igualdad de género y modernidad”, concluye Murofushi.
Fuente: As
Periodista: J.A. Exquerro