Todo cambió cuando conoció a Bob Kersee, que sería su entrenador y que rápidamente vio su potencial como velocista de clase mundial. Le consiguió una beca para estudiar en la Universidad de California (UCLA), y empezaron a trabajar en serio.
Rápidamente llegaron los resultados. Florence ganó varios títulos en los Campeonatos Universitarios de Estados Unidos (NCAA), y sus tiempos en 100 y 200 m mejoraron sustancialmente.
Al año siguiente consiguió la medalla de plata de los 200 m en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, solo superada por su compatriota Valerie Brisco-Hooks.
Después de los Juegos, Griffith se casó con el también atleta Al Joyner, campeón olímpico de triple salto y hermano de la atleta Jackie Joyner-Kersee, a su vez casada con Bob Kersee, entrenador de Florence, y temporalmente se apartó del atletismo. Parecía que esto era casi una retirada, sin embargo lo mejor estaba por llegar.
Con las miras puestas en los Juegos Olímpicos de 1988, Florence reapareció en los Mundiales de Roma en 1987, donde volvió a acabar segunda en los 200 m, esta vez superada por la alemana Silke Gladisch. Además ganó una medalla de oro en los relevos 4 x 100 m.
Ya en los Juegos de Seúl, la actuación de Florence Griffith fue realmente memorable, ganando las medallas de oro en 100 m, 200 m y relevos 4 x 100 m, además de una plata en los relevos 4 x 400 m. A destacar que en la prueba de 200 m, batió por dos veces la plusmarca mundial, una en semifinales y otra en la final, siendo los 21,34 de esta última la actual plusmarca mundial de la prueba.
FUENTE: Wickipedia