La petición expresa de Tony Estanguet - expiragüista, tres veces medallista olímpico y actual presidente del comité organizador de París 2024 - es la que llevó a Starck a embarcarse en la aventura olímpica por segunda vez. Bajo el lema "Made for sharing" - "Hecho para compartir" - el diseñador francés ha ideado las medallas como una recompensa a un resultado colectivo, de tal forma que, según palabras del propio Starck, "el medallista podrá tomar su medalla, dividirla para dar paso a otras tres medallas para ofrecer a sus seres queridos como testigo de este gran día, de este gran momento de auto superación".
A falta que el Comité Olímpico Internacional lo confirme en septiembre, tras la renuncia de Los Ángeles - que organizará los Juegos de 2028 -, París queda como única candidata a tomar el relevo de Tokio 2020 y albergar las Olimpiada de 2024, lo que parece indicar que casi con total seguridad, en unos pocos días la medalla de Starck dejará de ser la medalla de la candidatura y pasará a ser la medalla oficial de los XXXIII Juegos Olímpicos de la era moderna.
Fuente: Expansion.com